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Celebrando En Familia - Solemnidad de Cristo Rey
Un Rey Pastor
En este último domingo del año litúrgico, celebramos la solemnidad de Cristo Rey.
La primera lectura del profeta Daniel habla de la llegada de uno que gobernará en nombre de Dios en un reino eterno. La segunda lectura del libro del Apocalipsis habla de Cristo como «testigo fiel» de Dios y «soberano de los reyes de la tierra». He aquí un rey que ama a su pueblo y derrama su propia sangre para salvarlo.
El Evangelio es un fragmento de la Pasión de Jesús del Evangelio de San Juan. Es el diálogo de Jesús con Pilato sobre su realeza y la naturaleza de su reino.
Jesús es todo menos un rey tradicional. Este Rey reina, no desde un trono de oro, sino desde una cruz de madera tosca; desnudo, sin ricas túnicas; sin corona enjoyada, solo con espinas; sin orbe ni cetro, solo con clavos en las manos.
Llega a su pueblo, no como un tirano que blande armas de sufrimiento y muerte, sino como un niño impotente.
Jesús dice que su reino «no es de este mundo». No es un reino con fronteras geográficas y nacionales. No es un reino en el sentido terrenal, donde reinan el poder y la opresión, sino un reino donde reinan la justicia, el amor, la misericordia, la verdad y la paz.
En definitiva, el discípulo está llamado a ser el Reino (la presencia viva) de Dios en el mundo y a transformar el sufrimiento de sus gentes en alegría mediante actos de amorosa bondad.
Los discípulos virtuosos son la presencia viva de Jesús en el mundo. Son conscientes de que, hasta que Jesús vuelva, el Reino ha sido confiado a sus manos. En el Reino de Jesús, el discípulo no es el amo, sino el «servidor».
El poder del espíritu de Jesús alimenta los actos de amorosa bondad, revirtiendo las horribles condiciones humanas y trayendo sanación y salvación.
Cuando actuamos como Cristo, el Reino de Dios (el reino de la gracia de Dios) irrumpe en nuestro mundo.
Cuando nos sentimos movidos por el Espíritu a proclamar la verdad, a responder a la necesidad, a trabajar por la justicia, a transformar y sanar nuestra sociedad, el Reino de Dios irrumpe en la realidad humana y la gracia de Dios se hace claramente visible en nuestras palabras y acciones.
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Somos conscientes que Cristo no sólo se hace presente en el Santísimo Sacramento, sino que también en las Escrituras y en nuestros corazones. Incluso cuando estamos solos seguimos siendo miembros del Cuerpo de Cristo.
Se recomienda que en el lugar que escojáis para esta oración se coloque una vela encendida, un crucifijo y una Biblia. Estos símbolos ayudan a mantenernos conscientes de lo sagrado que es el tiempo de oración y a sentirnos unidos con las otras comunidades locales que están orando.
La celebración está organizada para que sea presidida por uno de los miembros de la familia y los otros miembros participen en ella. Sin embargo, la parte del presidente de la celebración puede ser compartida por todos los presentes.
Celebrando En Familia - 33 Domingo del Tiempo Ordinario
Cuando aparezca el Hijo del Hombre
Ante la proximidad de la fiesta de Cristo Rey y el final del Año Litúrgico, las lecturas de este domingo tienen un aire de fin de los tiempos.
En el Evangelio, Marcos presenta una visión de la plena instauración del Reino y de la venida de Cristo como prueba final de la victoria de Dios.
El lenguaje es necesariamente simbólico y de mito, ya que describe algo que está por venir, no una realidad histórica. Pero esto no significa que no tenga relación con la realidad.
La visión se sitúa en el contexto de un tiempo de angustia. Las primeras comunidades cristianas, como la de Marcos, ciertamente soportaron mucha angustia a través de la persecución y el sufrimiento y sus luchas por seguir las enseñanzas de Jesús.
La venida en gloria de Jesús resucitado, junto con la gran reunión de su pueblo desde todos los rincones de la tierra, pretendían tranquilizar a una comunidad de creyentes cansada y asustada. Han seguido el camino del discipulado, compartiendo el sufrimiento de Jesús, algunos hasta la muerte. Un día la victoria final será de Dios y entrarán con Jesús en la plenitud del Reino.
Mientras tanto, sin embargo, los discípulos tienen que aprender a leer los signos de la presencia de Jesús en la vida cotidiana. Jesús no está sentado pasivamente a la derecha de Dios. Por medio del Espíritu Santo, sigue estando activamente presente en los corazones y las vidas de los creyentes, y en el universo.
Los discípulos tampoco deben esperar pasivamente la venida final. Esperamos con paciente esperanza, pero no con desidia, porque el ministerio de hacer presente a Cristo en cada pensamiento, palabra y acción, y en cada momento de la historia, continúa El Evangelio termina con una nota de certeza incierta: Cristo vendrá, pero no sabemos cuándo.
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Somos conscientes que Cristo no sólo se hace presente en el Santísimo Sacramento, sino que también en las Escrituras y en nuestros corazones. Incluso cuando estamos solos seguimos siendo miembros del Cuerpo de Cristo.
Se recomienda que en el lugar que escojáis para esta oración se coloque una vela encendida, un crucifijo y una Biblia. Estos símbolos ayudan a mantenernos conscientes de lo sagrado que es el tiempo de oración y a sentirnos unidos con las otras comunidades locales que están orando.
La celebración está organizada para que sea presidida por uno de los miembros de la familia y los otros miembros participen en ella. Sin embargo, la parte del presidente de la celebración puede ser compartida por todos los presentes.
Celebrando En Familia - 31 Domingo del Tiempo Ordinario
El Gran Mandamiento
La primera lectura del Libro del Deuteronomio y el Evangelio de hoy están unidos por la palabra del Shema, el credo que los judíos observantes rezan cada mañana y cada tarde. Estas palabras provienen del Deuteronomio: Escucha, Israel: El Señor es nuestro Dios, el Señor es uno solo. Amarás, pues,
al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. El título Shema viene de la palabra hebrea ‘escuchar’, la primera palabra de la oración.
De alguna manera, el Shema es una llamada a la conversión: a escuchar profundamente con el corazón y a responder a la gracia y la misericordia de Dios con amor, fidelidad y obediencia.
Cuando un escriba le pregunta a Jesús: ‘¿Qué mandamiento es el primero de todos?’, Jesús le responde citando el Shema y luego añade una cita del Libro del Levítico (19,18): ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo’. Según Jesús, no hay ningún mandamiento más importante que estos.
El escriba queda impresionado por la respuesta de Jesús. Sus palabras a Jesús muestran que ha comprendido lo que Jesús quiere decir. Al repetir lo que Jesús acaba de decir con sus propias palabras, el escriba añade también: ‘vale más que todos los holocaustos y sacrificios’. Ahora es Jesús quien queda impresionado por la profundidad de la comprensión del escriba: que el amor es el corazón mismo de la profundidad de la obediencia de Dios y más importante incluso que el culto ritual. La correcta comprensión de la ley del Antiguo Testamento por parte del escriba significa que está muy cerca del reino de Dios.
También significa que la verdadera fe, tal y como la enseña Jesús, consiste en mantener una relación de amor con Dios y con otros seres humanos. Los rituales religiosos deben ser formas de reflexionar, saborear, recordar, celebrar y expresar ese amor. A veces acaban siendo rituales ‘vacíos’, cuando el amor ha sido sustituido por el miedo, cuando intentamos negociar con Dios, o cuando nos limitamos a ‘pasar/entrar por el aro’.
El Reino de Dios no es un lugar lejano, sino los momentos en que la vida de Dios irrumpe en la historia humana. Esos momentos traen amor, sabiduría, gracia, compasión, generosidad, perdón y paz. Los que practican las cosas de Dios reconocen la presencia de Dios sobre todo en las relaciones de amor. Si nuestros rituales surgen y expresan nuestro amor sincero a Dios y al prójimo, entonces tienen valor. Muchas veces corremos el riesgo de poner lo ritual por encima de la práctica del amor, pensando que estamos en las buenas con Dios solo por asistir a una liturgia, en cierto sentido, ‘pagar a Dios’, en cierto sentido.
Las palabras de Jesús nos recuerdan la importancia de la otra parte de nuestra vida religiosa: la liturgia de la vida cotidiana en la que hacemos presente y visible el amor, la misericordia y la compasión de Dios.
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Somos conscientes que Cristo no sólo se hace presente en el Santísimo Sacramento, sino que también en las Escrituras y en nuestros corazones. Incluso cuando estamos solos seguimos siendo miembros del Cuerpo de Cristo.
Se recomienda que en el lugar que escojáis para esta oración se coloque una vela encendida, un crucifijo y una Biblia. Estos símbolos ayudan a mantenernos conscientes de lo sagrado que es el tiempo de oración y a sentirnos unidos con las otras comunidades locales que están orando.
La celebración está organizada para que sea presidida por uno de los miembros de la familia y los otros miembros participen en ella. Sin embargo, la parte del presidente de la celebración puede ser compartida por todos los presentes.
Celebrando En Familia - 12 Domingo Del Tiempo Ordinario
La vida en el Reino de Dios
El Reino en el Evangelio de Marcos no es algo que está por venir; al contrario, es una realidad presente: es la presencia y la acción de Dios en medio de su pueblo. Puede que no se vea siempre con facilidad, pero está ahí de todos modos.
El domingo pasado, Marcos utilizó dos parábolas para hablar de la realidad del Reino. En los próximos domingos comenzará a hablar del misterio del Reino presente en Jesús y de lo que se necesita para vivir en el Reino. Ninguno de los relatos de Marcos presenta un despliegue de poder impresionante. Al contrario, los relatos de Marcos dejan claro que Jesús trata de salvar a los seres humanos, de curarlos y de calmar los corazones perturbados por las tormentas de la vida. En Jesús está el poder de la vida y la liberación. Las tormentas repentinas en el lago de Galilea eran bien conocidas y siguen ocurriendo hoy en día.
Muchos de nuestros "barcos" y de nuestros seres queridos se han visto zarandeados por mares turbulentos desde la llegada repentina del Coronavirus el año pasado. Muchos de nosotros conocemos exactamente el tipo de miedo e incertidumbre que sintieron los discípulos mientras eran zarandeados en la oscuridad del tormentoso lago en el Evangelio de este domingo. Muchos también pueden sentir que Jesús está dormido en alguna parte.
Y, sin embargo, los signos de Jesús están por todas partes: en los trabajadores de la salud y en los investigadores médicos, en las personas que hacen todo lo posible para cuidar de los demás, para proporcionar comidas y refugio, para mantenerse a sí mismos y a sus seres queridos a salvo, para llevar consuelo y rezar.
La vulnerabilidad es una experiencia incómoda. Marcos nos ayuda a comprender que la vida en el Reino comienza con la fe y la confianza en Dios, especialmente en medio de las luchas épicas que amenazan con vencernos.
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Somos conscientes que Cristo não só se faz presente no Santíssimo Sacramento, mas também está em nossos corações. Mesmo quando estamos sós, continuamos sendo membros do Corpo de Cristo.
O lugar que escolher para esta oração, poderia ter uma vela acesa, um crucifixo e a Bíblia. Estes símbolos ajudam a manter-nos conscientes do sagrado que é o tempo de oração e a nos sentirmos unidos com as outras comunidades locais que estão em oração.
A celebração é organizada para que um dos membros da família a presida e os demais membros participem juntos. Porém, a parte do presidente da celebração pode ser compartilhada por todos os presentes.
Celebrando en Familia - 3 Domingo del Tiempo Ordinario
Compañeros con Cristo
Il Vangelo odierno comincia con l’appello fondativo del ministero di Gesù: il regno di Dio è vicino; convertitevi e credete al vangelo. Segue immediatamente la chiamata dei discepoli. Questo vangelo continua le letture della domenica scorsa riguardo la vocazione e, nello specifico, parla di come diventare un seguace di Cristo porti alla trasformazione e alla proclamazione della Buona Novella.
L’idea del pentimento presente nel testo non riguarda il rifiuto del peccato, bensì l’abbandono di una vita conosciuta per poter incamminarsi verso una direzione completamente nuova in quanto seguace di Cristo.
Questo si nota nella chiamata dei pescatori: allontanati da tutto ciò che conoscevano e persino dalle loro famiglie, essi si imbarcano verso una nuova direzione, seguendo Cristo.
Il fatto che Gesù abbia chiamato (e ancora chiami) discepoli non deve esser letto come un tentativo di creare un gregge di seguaci “pecoroni”, ma di un gruppo di persone che vive e opera in partecipazione attiva con Cristo per stabilire il Regno e predicare la Buona Novella. Diventando “pescatori di uomini” essi attraggono altri all’interno della cerchia della vita di Dio!
Attraverso la proclamazione iniziale del ministero di Gesù e la storia della chiamata dei primi quattro discepoli, il Vangelo ci invita a riflettere sulla nostra vocazione e la nostra chiamata in quanto seguaci di Cristo, e riguardo a cosa è necessario lasciarsi dietro per entrare ancor più pienamente nel mistero del Regno di Dio, su come noi possiamo operare in collaborazione con lo Spirito di Gesù nel rendere il Regno una entità reale nel mondo.
Perché il Regno non esiste senza gli essere umani – esso deve essere incarnato nel popolo di Dio, i discepoli di Cristo.
Celebrando en Familia - II Domingo Del Tiempo Ordinario
Llamados a ser Evangelio viviente
Este domingo se podría llamar el «Domingo de las Vocaciones». Tanto la Primera Lectura como el Evangelio son historias de una llamada y de una respuesta.
El texto que leemos en la Primera Lectura describe como fue la «llamada de Samuel». Tres veces escucha que Dios lo llama, pero piensa que es Elí (un sacerdote del templo) y corre adonde estaba él. Finalmente, Elí comprendió que era Dios quien llamaba a Samuel y le dice si te llama de nuevo di: «Habla, Señor, que tu siervo escucha».
La lectura concluye con la idea que Dios estaba con (habitó con) Samuel y que Samuel habló en el nombre de Dios.
Al unir esta lectura con el Evangelio es difícil escapar a la idea que este domingo es dedicado a las vocaciones para todos los discípulos. Así como Dios llama a Samuel y Elí le señala el camino, Jesús llama a Andrés y al otro discípulo, y Juan el Bautista les señala el camino. Andrés responde (lo sigue), va a ver donde vivía y se queda con Jesús. Al día siguiente, llama a Pedro y ambos van a ver y a vivir con Jesús.
El encuentro de Andrés con Jesús lo transforma en un seguidor y en un evangelizador. El encuentro de Pedro con Jesús (que vino a ver a Jesús) lo transforma en la «roca», en el «fundamento» y el «pastor» (en el Evangelio de Juan) del rebaño.
La Iglesia, con estas lecturas, da inicio al Tiempo Ordinario nos invita a reflexionar sobre nuestra vocación, nuestra llamada, para ser discípulos – para venir y ver a Jesús, para permanecer con él y convertirnos en evangelizadores y pastores en nuestra realidad.
Permaneciendo en la compañía de Jesús (habitando con él) podemos ver quienes son realmente Jesús y Dios, a menudo muy diferentes a las imágenes con las que hemos crecido.
Los cristianos están llamados a una fe «madura» en Jesús, a una relación viva que no dependa de reglas, amenazas y miedos, y que esté motivada solamente por el amor.
Aprendamos a vivir una relación de fidelidad con Jesús. Con el tiempo, nos convertiremos en la «voz» viva de Cristo con nuestros pensamientos, palabras y acciones.
No es un seguimiento pasivo al que estamos llamados. No se trata simplemente de poner nuestros pies en las pisadas de Jesús. Se trata de vivir con él, hacer de su hogar el nuestro y nuestro hogar suyo. Se trata de hacer espacio para Él en nuestros corazones y en nuestras vidas, convertirnos en la morada de Dios y la voz de Cristo para ser un evangelio vivo del amor de Dios.
Celebrating At Home Christmas - Nativity of the Lord
We began Advent with the cry, ‘Come, Lord Jesus’. Now we end it with the joyful shout, ‘God is with us!’
Reflecting on the historical birth of Jesus, the Church proclaims the truth that God is, and has always been, with his people. And if God is with us, then God is for us. God is on our side.
God has no desire to live in houses made of wood, stone or gold. God’s deepest desire is to live in human flesh. Just as God did that in the human flesh of Jesus Christ a long time ago, God continues to do so now in us.
Like Mary, we accept God’s invitation, allowing Jesus to become flesh in us, too; to be seen and experienced in good thoughts, good words and good actions, in deeds of loving kindness which bring life, not death, to God’s people
Celebrating At Home - Fourth Sunday of Advent
Receive your God!
The great Christmas feast is almost here. As always in Advent, what is promised in the first reading is brought to fulfilment in the Gospel reading. We began Advent with the cry, ‘Come, Lord Jesus’. We will end it with the joyful shout, ‘God is with us!’
In the first reading King David wants to build a house (temple) for God, but God says that, instead, God will build David and his descendants into a great house. God is not about building temples to himself and it’s not dwelling-places made of wood or stone that God wants. God is about building a dwelling-place in human flesh. God is about building a people among whom and in whom he can live.
In the Gospel, Mary accepts God’s invitation to make herself into a dwelling place for God by receiving Christ and God makes his dwelling-place in her human flesh. Through her God has come to live permanently in humanity.
That is what we, too, are about – making ourselves into a living dwelling place for Christ. The great gift of Jesus to the world is not meant to be frozen in one moment of time. Through us, that Gift is made present in every moment of history so that through us Christ is able to continue to touch, to hold and to heal the world.
"We must ourselves be the Mother of God.
God must be conceived in us, we must bring him into the world.”
(Blessed Titus Brandsma, OCarm, 1881-1942 )
- Celebrating At Home 4th Sunday of Advent 20 December PDF
- Celebrating At Home 4th Sunday of Advent 20 December EPUB
- Lectio Divina for 4th Sunday of Advent 20 December PDF
- Lectio Divina for 4th Sunday of Advent 20 December EPUB
- Celebrando en Familia - Cuarto Domingo de Adviento Carmelitas
- Celebrando in Casa - Quarta Domenica di Avvento
- Celebrando em familia - Quarto Domingo do Advento Carmelitas [Português]
Celebrating At Home - Third Sunday of Advent
Rejoice! The Lord is near!
Today is Gaudete Sunday. The name comes from the first word of the Entrance Antiphon in Latin, which means, ‘Rejoice’. The full text of the antiphon is: Rejoice in the Lord always, again I say, rejoice! Indeed, the Lord is near.
That is what we are rejoicing in: God’s nearness to us. We recognise that nearness in the presence of Jesus, born so long ago, and his continuing presence through the Holy Spirit in our lives now. We rejoice that God has always been with us, whether we realised it or not. God has never left us.
Advent is very much about a fresh discovery of God’s presence and grace in our lives, in our own moment of history.
This is what we are celebrating on Christmas Day, too. Christ is God’s great present to the human family. Christmas celebrates not only the birth of Jesus in one moment of human history, but his continual birth in us so that he may be present in every moment of human history.
As we wait for the final coming of Jesus we, like John the Baptist, are called to be witnesses to the Light. We do that best by taking up the mission of the prophet in the first reading, just as Jesus did.
The Lord has anointed us to bring Good News to the poor, to bind up hearts that are broken, to proclaim liberty to captives, freedom to those in prison and a year of favour from the Lord. God trusts us to do that. We have been commissioned by the Church through our Baptism to do that.
Our faith in (that is, our living relationship with) Christ is meant to be lived openly, generously and graciously, at the service of our brothers and sisters in the world by being the living presence of Jesus in our day and age.
- Celebrating At Home 3rd Sunday of Advent
- Celebrating At Home 3rd Sunday of Advent ePub
- Lectio Divina for 3rd Sunday of Advent
- Lectio Divina for 3rd Sunday of Advent ePub
- Celebrando in Casa - Terza Domenica di Avvento
- Celebrando en Familia - Tercer Domingo De Adviento
- Celebrando em Familia - Terceiro Domingo do Advento Carmelitas [Português]
Celebrating At Home - Second Sunday of Advent
Repentance and forgiveness console God’s people and prepare the way for the Lord to enter our hearts. The magnificent first reading from the prophet Isaiah today looks forward to the appearance of God. Great preparations take place for his arrival - hills are lowered, valleys filled in, a straight highway is made in the desert. The joyful message of God’s approach is proclaimed from the mountain tops and shouted in the streets.
How will this God show himself to his people? Not as a warrior-king with a frightening display of military power or with thunderbolts in his hands, but as a shepherd-king: feeding his flock, gathering the lambs in his arms, holding them against his breast and leading the mother ewes to rest. God’s coming liberates and frees his people through tenderness and forgiveness.
The Gospel presents John the Baptist as one who comes preparing the way for the Lord by proclaiming ‘a baptism of repentance for the forgiveness of sins’. According to Mark, all Judea and the whole of Jerusalem come to John for baptism and to hear the proclamation of forgiveness – a moment of real conversion. John says that another will come, more powerful than himself, who will baptise, not with water, but with the Holy Spirit.
Our Advent readings help us realise God’s profound love for us and his presence within us through the Holy Spirit. Knowing that God will always treat us with love and tender care helps us to turn again towards him and to trust in the depth of his mercy.
Our Advent journey is showing us how to prepare our hearts for a fresh discovery of God’s presence in our lives; how to recognise the hidden presence of Jesus among and around us; how to turn around and face towards God with faith, hope and love; and how to be the living presence of Jesus in our moment of history.
The candles of the Advent Wreath remind us of the growing light and warmth of God’s love made visible in Christ.
- Celebrating At Home for 2nd Sunday of Advent 6 December
- Celebrating At Home for 2nd Sunday of Advent 6 December EPUB
- Lectio Divina for 2nd Sunday of Advent 6 December
- Lectio Divina for 2nd Sunday of Advent 6 December EPUB
- Celebrando em familia - Segundo Domingo do Advento Carmelitas [Português]
- Celebrando in Casa - Seconda Domenica di Avvento - Carmelitani
- Celebrando en Familia - Segundo Domingo de Adviento - Carmelitas