M. Crocifissa para llevar a cabo este proyecto, sufrió grandes pruebas y sufrimientos prolongados por muchísimos años, hasta el encuentro providencial con el carmelita P. Lorenzo van den Eerenbeemt, que permitió dar vida a un pequeño Carmelo misionero en Santa Marinella, diócesis de Porto S.Rufina (Roma).
A su muerte, acaecida el 4 de julio de 1957, la congregación por ella fundada a favor de la juventud pobre o menesterosa, estaba presente, además de en varias comunidades de Italia, en Brasil y en Malta. Rápidamente las Carmelitas Misioneras siguieron expandiéndose en otros continentes abriendo comunidades en Canadá, Tanzania, Filipinas y Rumanía.
Fue beatificada el 13 de noviembre de 2005.