Plan Global del Consejo General 2019-2025
Europa es el continente de los grandes caminos de peregrinación. Entre su gente sigue habiendo una profunda hambre de Dios. Indudablemente, ha habido un abandono de la Cristiandad, ya que la sociedad europea se ha secularizado. Ciertamente, muchos países de Europa podrían tildarse de pos-cristianos. Los elementos de la fe cristiana están presentes, pero sin una “memoria y herencia cristiana” compartida (Ecclesia in Europa). Sin embargo, la fe no está ausente, aunque la gente está más interesada en la espiritualidad que en la doctrina. El fallo de la Iglesia en la protección de los más débiles de la sociedad ha producido un impacto devastador. Europa es también una tierra de diversidad y pluralismo creciente, que ofrece la posibilidad de diálogo entre personas de credos diferentes o sin ninguna fe. Europa se enfrenta a muchos retos, especialmente los que proceden de la inmigración y del impacto devastador del Covid-19.
Dentro de Europa, el Carmelo todavía sigue dando fruto, ya que muchos carmelitas, con gran esfuerzo y dedicación, sirven al Evangelio. Los carmelitas ocupan un lugar especial para ofrecer una voz desde nuestra tradición en esta Europa compleja y retadora.
Viviendo en “obsequio de Jesucristo”, en momentos de encuentro, los carmelitas podemos hablar de nuestra relación personal y viva con Cristo, al tiempo que reconocemos la pluralidad de posiciones religiosas. Nuestras comunidades dicen a los que buscan excluir a las personas de la sociedad que nosotros los carmelitas descubrimos en cada una de nuestras hermanas y hermanos la presencia de Dios y podemos caminar juntos hacia Dios (Const. 19). Como nosotros antiguamente fuimos inmigrantes en Europa, nuestro servicio en medio del pueblo nos permite ahora aceptar con alegría la invitación “a encontrar a las personas en las periferias y compartir el Evangelio con ellas” (Const. 101).
Al mismo tiempo, es verdad que existen retos para el Carmelo en Europa, que afronta opciones dolorosas sobre cómo preservar mejor el carisma carmelita mientras mantenemos las estructuras existentes. Con todo, el Carmelo en Europa se debe comprometer de nuevo “a despertar el mundo” y no cerrarse en sí mismo o ser rehén de sus problemas. Como contemplativos misericordiosos, hemos de ser siempre recelosos de una tibieza que se insinúa en nuestras vidas, de una “inercia o inmovilidad” y de “la tentación de mantener la distancia de las llagas del cuerpo de Cristo” (Papa Francisco, Capítulo General Carmelita, 2019). En cambio, como todos los miembros de la Iglesia, los carmelitas están llamados a seguir “prendiendo fuego en el corazón del mundo” (Evangelii Gaudium, 271).
Sabiendo que Dios prosigue su iniciativa de llamar a personas a la Iglesia y al Carmelo, nuestro ministerio de las vocaciones no consiste tanto en “brillantes programas vocacionales”, sino servir ayudando a las personas a descubrir el don que llevan dentro para que puedan escoger el estilo de vida que se corresponde con él. Esto es una prioridad. Los carmelitas europeos tienen el reto de “abrir los ojos y los corazones a una nueva comprensión y expresión de nuestra tradición carmelita en la que los jóvenes puedan verse reflejados”, que abre el Carmelo a un proceso de conversión, discernimiento diario y formación continuada.
El ministerio de los jóvenes, que ha de ser un ministerio primordial de toda entidad en Europa, brinda oportunida des para “encontrar a jóvenes, caminar con ellos y escucharlos”.
Planes
- Facilitar encuentros de promotores vocacionales con sus Provinciales, Comisarios y Delegados para promover la priorización del ministerio de las vocaciones en Europa.
- Proseguir el trabajo del proyecto “Awakening-Despertando” y su ministerio para los jóvenes, promoviendo el ministerio de los jóvenes como ministerio principal de cada entidad en Europa.
- Establecer una Comisión “ad hoc” para la formación permanente en Europa, para ofrecer, preparar y organizar un programa regular de formación continuada y persuadir a los carmelitas de su necesidad.
- Facilitar un proceso para preservar fielmente el carisma Carmelita en Europa.
- Explorar y facilitar la unificación de Provincias donde sea necesario, especialmente mediante el desarrollo de estrategias para la cooperación.
- Organizar y facilitar un encuentro anual de Provinciales, Comisarios Provinciales y Delegados.
- Investigar y presentar las posibilidades de una casa común europea de estudiantes profesos simples.