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Miércoles, 12 Junio 2024 10:57

Celebrando en Familia - XI Domingo del Tiempo Ordinario

¿Con qué podemos comparar el Reino de Dios?
(Mc 4:26-34)

Las parábolas están pensadas para que los oyentes se cuestionen. No son respuestas directas a preguntas. Son elementos de reflexión.

En los Evangelios, Jesús rara vez se preocupa por los hechos y las cifras, las fechas y los tiempos. Al utilizar las parábolas, Jesús trata de involucrar a sus oyentes a un nivel más profundo. Quiere que su enseñanza se apodere de sus corazones. Quiere que descubran por sí mismo la verdad de lo que dice. Esto forma parte de la conversión: ver con ojos nuevos.

Es maravilloso ver a Jesús, una y otra vez, mirando la vida y lo que ocurre a su alrededor; en busca de cosas e imágenes que puedan ayudar a la gente a detectar y experimentar la presencia del Reino.

En el Evangelio de Marcos, el Reino no es algo que está por venir, es una realidad presente: es la presencia y la acción de Dios en medio de su pueblo. Puede que no se vea siempre con facilidad, pero está ahí de todos modos. Puede parecer que tiene un comienzo humilde (como la pequeña semilla de la segunda parábola), pero su experiencia se convierte en algo que lo consume todo.

La historia de la semilla que crece sola

El agricultor que planta la semilla conoce el proceso: primero la semilla, luego el brote verde, la hoja, la espiga y el grano. El agricultor sabe esperar y no corta el tallo antes de tiempo. Él no sabe de dónde viene el poder para que la tierra, la lluvia, el sol y la semilla se conviertan en fruto. Así es el Reino de Dios. Es un proceso. Hay etapas y puntos de crecimiento. Lleva tiempo y se tiene que esperar el momento oportuno para que crezca y dé fruto.

La historia del pequeño grano de mostaza que se convierte en algo muy grande

El grano de mostaza es pequeño, pero crece, al punto de que los pájaros pueden hacer sus nidos en sus ramas. Así es el Reino de Dios. Comienza por algo muy pequeño, crece y extiende sus ramas dando cobijo y sombra donde crece la nueva vida (de la Lectio Divina, junio 2021- www.ocarm.org).

Al mismo tiempo, pensar en el Reino nos permite escuchar el Evangelio de Marcos en un determinado contexto que nos recuerda la acción de Dios en el mundo de hoy.

La proclamación del Reino por parte de Jesús es central y fundamental: la labor de descubrir el Reino de Dios, a menudo oculto, y de regresar a la humanidad al plan original de Dios para su familia.

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