Mensaje para los hermanos y hermanas carmelitas por la muerte del Papa Francisco
Hermanos y hermanas en el Carmelo,
El mundo llora la partida de este mundo del Papa Francisco, en la mañana del Lunes de Pascua. El Domingo de Pascua estaba plenamente vivo en mente y corazón, en un cuerpo que no podía dar más de sí. Es como una muerte en nuestra familia. Estaba tan cerca de nosotros.
Su visión y su espiritualidad eran muy claras. Procedían del Evangelio. Se inspiraban en María y en la santidad de los santos, de los grandes santos y de los santos de al lado. La salvación, la misericordia y la paz están en Jesucristo y se dan a los que miran hacia Él y ven en Él la verdad que puede hacernos libres. Hijos del único Padre, cada uno de nosotros, somos hermanos y hermanas los unos de los otros. Esa es nuestra mayor dignidad y todo lo que necesitamos saber los unos de los otros, para construir y vivir en un mundo donde esa dignidad sea el imperio de la ley y no otra. Hay un grito en el corazón humano, y en el propio mundo creado, que los seguidores de Cristo, los pastores y los líderes políticos necesitan oír. Hay un modo de tratar a los demás seres humanos y no es el modo de los intereses de parte o el recurso a las armas de la violencia, sino el modo de la ternura y la misericordia para con todos. Cuando reconocemos que la Eucaristía no es la recompensa por la santidad sino la mayor ayuda que tenemos hacia la santidad, reconocemos el corazón del ministerio del Papa Francisco y la manera en que él mismo celebraba cada vez que se paraba ante el altar.
Carmelitas de todo el mundo, demos gracias a Dios por la vida, el testimonio y las enseñanzas del Papa Francisco y recemos por su felicidad eterna, mientras atesoramos nuestra propia vocación de seguir las huellas de Jesucristo y predicar su Evangelio. María, Madre de la Palabra encarnada, salus populi, ruegue por nosotros en nuestro dolor, y abra nuestros corazones en acción de gracias por las maravillas de la misericordia de Dios que se nos ha manifestado en la vida del Papa Francisco. Que descanse en paz.
Míċeál O'Neill
Prior General
24 de abril de 2025